viernes, 6 de diciembre de 2013

Camarón, leyenda viva del Tiempo

Hoy nos hemos despertado con la trágica noticia del fallecimiento de Mandela. Una gran pérdida del ultimo icono pop de la lucha contra el racismo y el odio. Sin duda alguna encarnó en todo el mundo los valores del perdón y de la reconciliación, y lo lamentamos... pero en nuestra mente revolotea otro nombre: 
Don José Monge Cruz, más conocido por Camarón de la Isla (en pie y saluden).



Tal día como ayer hace 63 años nacía en San Fernando, en el barrio de "Las Callejuelas", el penúltimo hijo de una pobre familia gitana. El apodo por el que es conocido le fue dado por un tío suyo debido a su delgadez, pelo rubio y piel blanca, que en su opinión le hacían parecer un camarón. Por otro lado, la ciudad de San Fernando se halla ubicada en la Isla de León, por lo que es conocida como la Isla, topónimo que Camarón añadiría a la segunda parte de su apodo para formar su nombre artístico.


Figura verdaderamente emblemática del arte flamenco de nuestro tiempo, fue una leyenda viva del cante. Nunca se habían dado en lo jondo manifestaciones masivas como las que originaba este singular personaje. Ni con Pepe Marchena, ni con el Cabrero, por poner solo dos ejemplos bien notorios. Fue, más que un hecho artístico -que lo fue, y grandísimo-, un fenómeno social de tremendo alcance. En efecto, miles y miles de personas que desbordaban cualquier gran recinto donde Camarón hiciera acto de presencia, iban a escucharle y verle a él y nada más, pues no acudían de nuevo a un espectáculo flamenco hasta que en el mismo no figuraba de nuevo el nombre de su mito. Vivió el cante desde su nacimiento, pues en su casa era familiar todo lo que tenía algo que ver con el flamenco. "Porque el cante es nuestro, el cante es de los gitanos", decía. "En mi casa todos han cantao y bailado, aunque no fueran artistas. Mi padre, mi madre, mis hermanos. Mi padre era herrero, pero cantaba mu bien por siguiriyas, por soleá... Macandé, Vallejo, Caracol, venían a oírle. Cuando llegaba una familia de flamencos a mi pueblo paraban en casa. Yo me despertaba y a lo mejor estaban allí cantando, y yo lo escuchaba todo y me iba quedando con cosas. Yo de quienes he aprendido en realidad ha sido de los viejos".

A su muerte, el cantaor Don Enrique Morente (de nuevo en pie y saluden), tremendamente acongojado como toda la gente del flamenco, declaraba al autor: "Ni antes ni ahora hubo un eco como el suyo. Donde ponía la voz hacía oro. Su capacidad de transmisión era asombrosa. Era un sonido nuevo en el cante. Tenía un sello que quedará para la eternidad. Camarón ha influido en todos los cantaores de este tiempo. Es posible que también en mí, de alguna manera y sin yo saberlo. De artistas como él siempre se están recibiendo cosas buenas, y aunque yo tenga mi personalidad es indudable que el cante de José me conmovía, me emocionaba. Éramos como hermanos. Cuando venía a Madrid pasaba mucho tiempo en mi casa. Era una persona encantadora. Pasamos juntos ratos inolvidables. Con quienes no tenía confianza apenas hablaba, pero con las personas que quería tenía una gracia y unas ocurrencias geniales. En mi casa aparecía siempre con la risa en la cara".

Desde Cachito's hemos querido hacer nuestro particular y humilde homenaje al más grande de todos los tiempos repasando brevemente su vida, la cual siempre seguirá viva como leyenda del tiempo.

Ruuuuuoooockaaaaanruuuooooooooooooolll!!!



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